Uno de los campos de aplicación que, sin duda, presenta uno de los más elevados niveles de exigencia y compromiso es el de las infraestructuras.
Infraestructuras viarias, aviación, ferrocarril, transporte marítimo o telecomunicaciones son destinos para un grupo electrógeno con múltiples singularidades a las que se debe dar respuesta.
- Comprometen elevadas inversiones en activos a amortizar a largo plazo.
- Exigen una garantía de suministro de energía de forma estable y continua cuando el grupo electrógeno actúa como fuente de suministro principal.
- Requieren una reacción rápida y fiable cuando actúa como fuente de energía de soporte o en emergencia.
Todo lo anterior hace que los grupos electrógenos que se enfrentan a las mencionadas condiciones de trabajo deban garantizar:
- Un óptimo servicio con mínimos costes y labores de mantenimiento de la máquina.
- Elevadas autonomías que garanticen un suministro de energía sostenido y constante.
- Un diseño robusto y consistente, que sea capaz de hacer frente a las condiciones ambientales y de uso tan exigentes que van a producirse y extenderse en el tiempo.
- Versatilidad en el funcionamiento del grupo electrógeno y capacidad de adaptación y personalización.